¿Sabías que la cal de Morón es una de las señas de identidad que sitúa a Morón de la Frontera entre los pueblos blancos de Andalucía? Gordillos Cal de Morón se encuentra en Morón de la Frontera, en las conocidas como Caleras de la Sierra.
Un sabio dijo una vez que ‘no debemos olvidar quiénes somos ni de dónde venimos’. En Gordillos Cal de Morón sabemos bien quiénes somos, a qué nos dedicamos y por qué queremos contribuir a la salud y el bienestar de nuestros hogares.
Y también sabemos de dónde venimos, estamos orgullosos de nuestros orígenes. En una pequeña localidad de las Caleras de la Sierra, entre las amplias laderas de Andalucía, ahí nos puedes encontrar. En este post vamos a darte un paseo por Morón de la Frontera, por su historia y sus gentes para que veas cómo la cal ha formado parte del día a día en este pequeño pueblo. Ha tejido su pasado, su presente y, muy posiblemente, seguirá tejiendo su futuro.
Pocos lugares de España tienen una tradición tan antigua y arraigada como la elaboración de la cal. De hecho, las toneladas de este material que han viajado a lomos de los borriquillos desde tiempos romanos son las que han dibujado los pueblos blancos de Sevilla y sus alrededores.
En Morón, la cal típica se empleaba para enfoscados y fachadas, pero también para otras utilidades dentro de la construcción. Por ejemplo, al mezclarse cal, agua y arena se obtenía la argamasa, muy usada en las edificaciones hasta que se inventó el cemento.
El máximo momento de esplendor en la industria de la cal se vivió en el siglo XIX, convirtiéndose en prácticamente el principal recurso de Morón. Desde entonces se expandió por toda Andalucía hasta el punto de dar de comer a otras zonas. Las Caleras del Prado y las Caleras de la Sierra, sin ir más lejos, vivieron enteramente de este oficio.
Muchas cosas han cambiado desde aquella época en Morón de la Frontera en la que los burros distribuían toneladas de cal por toda Andalucía.
No lo ha hecho, sin embargo, la forma en la que en Gordillos Cal de Morón trabajamos nuestro material más preciado: producimos cal de la más alta calidad, partiendo de la utilización de hornos de leña milenarios de origen árabe. Nuestro «buen hacer» ha sido transmitido de generación en generación hasta hoy día, permitiéndonos optimizar el resultado final para obtener un producto de gran pureza y blancura.
Durante muchas generaciones, el trabajo artesanal de familias que incluso tienen el apellido de Calero, ha mantenido vivos los antiguos hornos de herencia romana, alimentados con leña de olivos, ramas o zarzales. Algunos de ellos son los que utilizamos en la actualidad.
Morón de la Frontera ha sufrido una transformación urbanística en los últimos años. El desarrollo de la ciudad está relacionado con los materiales de construcción (cal, yeso, carpintería metálica y madera) la agricultura (olivar, girasol y trigo) la industria agroalimentaria.
En la actualidad, todos los secretos de la cal y de sus formas de vida han quedado recogidos en un museo vivo, el Museo de la Cal. Situado en la aldea de Las Caleras de la Sierra, a los pies de la Sierra de Esparteros, este enclave nos propone un viaje en el tiempo para mostrarnos las formas de vida del artesano.
Entre sus instalaciones cuenta con hornos rehabilitados, diferentes infraestructuras y edificios, para escenificar algunas de las actividades que tradicionalmente realiza el calero.
Todo esto es lo que somos gracias a nuestro pasado, una historia de caleros que contamos con orgullo. Conócenos un poco mejor visitando nuestra web y nuestro blog, donde también encontrarás toda la información relativa a nuestros productos.